Holly una chica huérfana que no cree ni en sueños ni en esperanzas, se ve envuelta en un nudo de sensaciones... James, Jorge y Holly, todos unidos por un único lazo: Holly Smith.

sábado, 30 de abril de 2011

Capítulo 29: El bufón y la dama.

Le miro, me mira, nos miramos. Con una mirada nos decimos todo, ¿por qué lo has echo? Dice mi mirada, él la lee, no responde, no sé interpretar la suya. Él piensa que he cedido, que por fin le pertenezco, coge mi cabeza entre sus manos y, en vez de besarme, sus labios recorren mi cuello hasta llegar a mi mandíbula, y se paran en la comisura de mis labios, rozándolos. No cierro los ojos, veo como él sí, apreto los puños contra mis costados, espero a que termine. Por fin, después de que sus labios recorrieran varia partes de mi cara, abre los ojos y me mira.
-¿No decías que querías esperar a la chica de tus sueños? -dije en un susurro, me mira con cariño-
-¿Para qué si la tengo delante mío? Su cuento de hadas terminó, -eso me hiere- pero yo seré el chico que la libere del dolor que lleve dentro. No soy el príncipe del cuento pero... Puedo ser el bufón que siempre la hace reír -mi corazón se acelera, ¿soy yo la chica que tanto esperaba?-
-Hay veces que el bufón se ilusiona.
-Y hay veces que la dama se ciega hasta darse cuento que lo ama-besa mi mejilla y me ayuda a levantar, me lleva a casa-
Durante el camino, un impulso me abrumó; mi mano, inquieta por cierto, tocó con cuidado la suya hasta entrelazarlas, él solo sonreía, yo bajaba la mirada. ¿Estaba yo destinada a terminar con Jorge? ¿Qué iba a hacer ahora cuando James me viera? Total, él tenía que rehacer su vida, y yo la mía.
-Sé que es duro pero, déjame intentarlo. -se para y me doy la vuelta- Sé que estabas ilusionada con él pero, deja que te enseñ ver que siempre puedes amar a otras personas, deja que te enseñe otro cuento, otro cuento del cual saldrás beneficiada. -sonrío haciendo un mohín-
-Eres tonto. -frunce el ceño- Pero te quiero -las palabras me salen de la boca solas, y, él sonríe satisfecho y me estrecha contra su pecho-
-¿Entonces me dejas ser tu tonto?
-Creí que ya lo eras -y sin pensar mis labios rozan los suyos-
***
-Quiero decirles a todos que el próximo domiengo será el 18 cumpleaños de mi hijo James, asi que poneos los trajes de gala que tienen, el uniforme elegante. -dice Elizabeth- Jorge querido, tú si quieres puedes ir con tu uniforme de militar, que así luego podré fardar de tener un militar -dice en voz baja, él solo asiente. Veo a James que está con Marie y ambos están cogidos de la mano, ella sonriente como siempre, él está serio-
Casi todas las noches, Jorge y yo salíamos a hurtadillas al pueblo para estar solos, hablar, reír, y aveces, compartir sentimientos que no podíamos esconder.
Cuando llegamos a casa esa noche, se quedó en mi cuarto a dormir. Abrazada en sus brazos, soñé cómo fue la 1ª vez que James vino a mi cuarto y acabamos dormidos, abrazados el uno al otro. Y ahora es la situación contraria, Jorge está a mi lado. A veces tengo miedo, miedo porque no sé si mis sentimientos son los mismos que Jorge siente hacia mí, él es mi compañero cuando más lo necesito, es como... Como un marinero, sí; y yo soy la chica que pone la comida en el comedor del barco: siempre hemos sido amigos pero, dicen que de la amistad al amor hay un paso, quién sabe. Aunque a veces quiero que sea mi camarada muchas otras quiero que sea mi, según él, bufón para no solo hacerme reír, sino para que en muchas ocaciones poder escaparme con él y vivir un magnífico cuento en el que nadie nos intenta separar, ¿se puede comprar la felicidad? No lo sé pero, si no es con la persona que deseas es complicado ser feliz... Aunque siempre se puede conseguir.
El cuento anterior fue el de una chica y un futuro noble a hereditar todas las riquezas de su padre. Pero eso, en esta época es imposible, así que, cada uno con quien le corresponde, ¿no funciona así? Un bufón y una dama, no puedo pedir nada más, tampoco quiero.

viernes, 15 de abril de 2011

Capítulo 28: Cuentos de hadas

Desde hacía ya unos días que James y yo no hablamos, he estado muy a lo mío, lo de siempre. A veces se acercaba a mi e intentaba abrazarme o besarme pero, le ignoraba, es lo mejor para él y para todos. Eso sí, odio cuando los veo paseando por el jardín, no tengo nada en contra de Marie pero, los celos me invaden cuando la veo sonriéndole y siendo tan cálida. Recuerdo  cuando la madre de James me habló muy seriamente, me dijo lo de nuestra antigua relación y que si volvía a flirtear con él, cuestionaría mi despido.
Este domingo, todos habían salido a conseguir más preparativos para el cumpleaños de James, todos, excepto Marie, que se quedó con motivo de cansancio. Estaba quitando el polvo a la mesa del comedor donde ella se encontraba.
-Disculpa -me dijo por 1ª vez en su vida, me doy la vuelta- Tú debes de ser Holly, ¿no?
-Así es, ¿necesita algo? -le pregunté -
-Quería hablar contigo sobre... James. -mi corazón se acelera-
-Ahh. -dije con un movimiento de labios-
-Holly, sé lo que tú y él tuvieron en el pasado, no me lo dijo James, sino su madre.
-No se preocupe, no tendré interés en acercarme en él, si es lo que piensa.
-Veo que su madre tenía razón sobre ti. -pregunté con la mirada- Veo que quieres estar con él pero ya conseguiste lo que querías de él.
-¿Qué insinúa?
-Ese no es el caso, mira Holly, te lo diré solo una vez; yo no he tenido interés en casarme con él pero, nuestras madres se conocen desde la infancia, me negué cuando me comunicaron mi casamiento con él, pero es obligado; ya sabes, un matrimonio concertado. Pero desde que le conozco siento que... -se muerde el labio inferior- Ansío su compañía y que le quiero cada día más, pero sobre todo, que quiero permanecer a su lado toda la vida. Así que no permitiré que nadie ni nada se interponga entre nosotros.
-No me voy a interponer. -dije, aunque mi orgullo quería salir-
-Eso espero, pero no te preocupes, encontrarás a tu príncipe o... a un carpintero, ¿quién sabe? -se ríe y se marcha, mis puños se cierran y me trago el orgullo, siempre me muerdo la lengua hasta el punto de sangrar veneno. Voy a la cocina para salir por la puerta trasera que da al jardín, me choco contra Jorge, éste me coge antes de que me caiga.-
-¿Estás bien?
-Sí -dije mientras me soltaba- creí que habías salido. -se apoya contra la pared con aire despreocupación-
-Sí bueno, Marie está arriba leyendo y no tengo muchas ganas de salir, ¿qué vas a hacer?
-No sé, creo que miraré si las flores precisan mi ayuda, ya que aqui nadie la necesita.
-Jaja, ahora que lo dices... -dice sobre-actuando- Este jardín es enorme, ¿damos una vuelta?
-Bueno, no tengo nada mejor que hacer... -me ofrece su brazo y lo cojo, sonrío y me lleva afuera- ¿Adónde vamos? -pregunto caminando por el inmenso jardín-
-A donde nos lleven nuestras almas, ¿no crees? -le miro y observo como su rostro ha ido cambiando, hasta convertirse en el de un hombre, nos sentamos en un banco-
-Marie me ha hablado de... Tu supuesta historia entre James y tú -dice de sopetón-
-Ohm.
-¿Es cierto? -aparto la mirada-
-No es de tu incumbencia.
-Puedes confiar en mi, ya lo sabes -suspiro derrotada-
-Estuvimos juntos... un tiempo. Era un cuento de hadas que no se cumplió.
-¿Por qué lo crees?
-Porque los cuentos de hadas tienen un final feliz.
-Quién sabe, quizás no sea con ese chico pero, creo que tendrás una historia con final feliz, puede que con él o... con otro.
-¿A qué te refieres? -pregunto y sonrío a la vez-
-No lo sé, el destino es una caja de sorpresas. -reflexiono sobre eso-
-¿Y tú? ¿Tienes ya un cuento de hadas o aún no lo has escrito? -dije siguiendo el juego-
-Jajaja, lo mío es más complicado, sigo esperando a que la mujer de mis sueños venga un día a mi, pero es complicado porque ella ya tiene su propio cuento de hadas.
-Lo siento. Tú te mereces a alguien que te haga caso. -por alguna extraña razón, se ríe-
Esa tarde, Jorge y yo, estuvimos compartiendo miles de cosas que no tuvimos la oportunidad de contarnos, por un momento y después de varios días, me sentí... ¿cómo decirlo? ¿Bien? Yo diría que menos atada.
-¿Quieres dar una vuelta? -me pregunta tras minutos de silencio-
-Claro -asiento, aún es temprano y nada mejor que la compañía de Jorge para relajarse-
***
Me llevó a un extraño prado, era todo verde y con preciosas flores amarillas, solo había un árbol con miles de ramas. Nos subimos al árbol tratando de no caernos, reíamos y, como 2 niños, dejamos que la niñez del pasado nos envolviera por su inocencia.
Jorge se colgó del árbol con los pies.
-¡Ehh! ¡Cuidado! ¡Haber si te vas a caer! -dije preocupada y bajé. Hizo señas para que me asustara y pensara que se caía, pero, la suerte le jugó una mala pasada, la rama sedió al peso y cayó, puso las manos a tiempo pero sus labios aterrizaron contra algunas piedras de debajo, aterrorizada me pongo a su lado y le doy la vuelta- ¡Jorge! ¿Estás bien? -no responde- ¡Jorge por favor! -me tumbo contra su pecho y dejo que las lágrimas corran libres por mis mejillas, siento una mano en mi espalda-
-Holly -dice con dificultad- Me estás oprimiendo y no puedo respirar -me quito de inmediato-
-¡Jorge! -dije y le abrazo, él, hace lo mismo- ¡Eres tonto! ¿Lo sabías? ¡Eres tonto! -le doy débiles puñetazos en el pecho- ¡No me vuelvas a hacer esto! -se ríe-
-Jajaja, no te preocupes, estoy vivo, ya sabes, mala hierba nunca muere. -me atrae contra su pecho y dejo que me consuele, lo miro y veo que su labio sangra un poco-
-Tienes sangre. -saco un pañuelo de mi vestido y con cuidado le limpio la herida- Ya está.
Y de repente, siento la calidez de sus labios contra los míos, y saboreando los pequeños restos de sangre que aún le quedaba. Mis ojos se abren y sus manos me cogen de tal forma que no me pueda escapar, cierro los ojos, y, pensando en James, una lágrima se escapa de mi ojo...
Nos quedamos a medio centímetro de rozar nuestros labios de nuevo, me mira y lo miro asustada por la situación.
Sus labios quitan la lágrima traicionera, rozándome la mejilla, el vello se me pone de punta.
¿Es este... mi cuento de hadas?

sábado, 9 de abril de 2011

Capítulo 27: La respuesta a uno de mis por qué

La oscuridad me absorbe, La Luna me envuelve con su manto de luz y sus amigas, las estrellas, la acompañan para que la noche no sea tan oscura. Aún estoy en la ladera, sola, perdida, y, con los ojos húmedos. ¿Por qué? Es una pregunta que no tiene respuesta alguna. ¿Por qué tuve que trabajar en esa casa? ¿Por qué de todas las casas que hay me tuvo que tocar en la que vive el chico que más amo? ¿Por qué tengo que llorar por alguien? ¿Por qué me duele tanto, si total, era un amor pasajero? ¿Por qué deseo ahora mismo no haber salido del orfanato y así nunca haberle encontrado...?
Me agarro las rodillas uniéndolas a mi, como si me estuviera destrozando por dentro. Solo se oyen mis gemidos, mis llantos, mi respiración agitada y mis silenciosos por qué.
Decido volver a casa, y por los caminos me caigo varias veces haciéndome daño en las rodillas y manos, me levanto y veo piedras, esas son las piedras que hacen que me caiga, las que hacen que yo sea fuerte pero saben que el fondo soy débil. Mi intención era volver a casa pero como no veo nada por la oscuridad, acabo perdiéndome en algún lugar. A mi alrededor hay como trozos de bloques en el suelo, con inscripciones, con flores; algunas vivas y otras muertas. ¿Qué es este lugar? Unas pequeñas farolas se encienden, me supongo que será por algún mecanismo. Es un cementerio, hay lápidas y muchas malvas. Siento escalofríos por el cuerpo, no tengo miedo porque qué más me da sufrir otra desgracia más. Camino con cuidado, observando las mil y una tumbas que hay. Me tropiezo y caigo al suelo, giro la vista atrás, hay unos matorrales que hicieron que me cayera, vuelvo la cabeza, estoy encima de una tumba enterrada, con una lápida y una inscripción; me levanto con rapidez, eso si que me da mal rollo, estar encima de una tumba. Antes de girarme e intentar escapar de allí, observo la inscripción de la lápida, su nombre me llama la atención; Jonh Smith y al lado, otra tumba; Déborah Smith Nichols. Se frunce mi ceño, en la inscripción del hombre ponía: Aquí y ahora, siempre yaceré en mi lecho de muerte junto a mi esposa. El cielo es gris cuando menos lo parece.
Y en la inscripción de la mujer pone: Esto es el comienzo de mi final, encontrarte a ti será lo último que haga pues mi muerte solo es un intento de hallarte allí arriba.
Mi corazón se acelera, la mujer tiene los mismos apellidos que yo: Holly Smith Nichols, y el hombre es Smith, por lo que la mujer sería su esposa y adoptó el apellido de él. Pero... No puede ser. Una lágrima se derrama por mi mejilla. Son... ¿mis padres? Hay muchas posibilidades de que no lo sean pero... los apellidos son idénticos. Presa del miedo salgo de aquel cementerio. Corro para estar segura de lo que sea que me oprime el pensamiento, lloro de los sentimientos que me abruman, respiro para calmarme y cierro y abro los ojos para saber que esto no es un sueño...
Sin saber como, acabo llegando a la casa solo iluminada por las farolas de la calle. Entro en silencio cerrando la puerta a la vez, suspiro, ¡cuántas cosas en una noche! Subo sin ser oída, aunque el crujido de las escaleras se hacía sonar. Entro a mi cuarto cerrando de nuevo, preparo la bañera con agua caliente, casi hirviendo. Dejo que el calor del agua me tranquilize, aunque ni eso porque tenía tantas cosas en la cabeza que no sé como no me explotaba.
Me envuelvo en una toalla y entro de nuevo a mi cuarto, me pongo ropa para dormir. Estoy agotada. Miro por la ventana y veo La Luna, tan hermosa como siempre y dos estrellas juntas que brillan como una vela en una habitación oscura. Nunca he echo esto pero... Cierro los ojos y pido un deseo: Deseo pase lo que pase yo trate de ser feliz.
Abro los ojos y corro la cortina desvaída, me acuesto en la cama tratando de no tiritar.
Poco a poco me dejo dormir pensando en tantas cosas inexplicables: 1 En James, he echo lo más correcto para él y, en el amor, hay que correr riesgos en tu contra, y 2 Si verdaderamente esos son mis padres, no debo entristecerme porque estén muertos, ya que he encontrado la respuesta a uno de mis por qué, un por qué que creí nunca hallarlo, ¿por qué no puedo estar con mis padres? Me preguntaba antes, ¿la respuesta?
Porque a pesar de que estén en el cielo, todas las noches me observan desde allí arriba, y saben que siempre están a mi lado, ¿en el cielo? No solo en el cielo, sino en nuestros corazones.

viernes, 8 de abril de 2011

Capítulo 26: Marie

Cuando James entra al salón yo me encuentro con Margaret en la cocina.
-Hola -dije extrañada de verla atareada ya que hoy era domingo- ¿Hoy había que trabajar?
-No cielo. Bueno, algo así. Es que va a venir visita y les iba a servir unas pastas y té, ¿me haces un favor y preparas la bandeja mientras yo voy sirviendo el té?
-Claro -lleno la bandeja de pastitas y me dirijo al salón, allí, no veo a nadie, solo a sus padres y a James que me sonríe por lo bajini-
-Chicas, necesito que ustedes dos se queden por aquí cerca, dentro de unos minutos llegará la visita -nos dice la señora, asiento y me apoyo contra la pared, 6 minutos después, tocan la puerta, el mayordomo abre y pasa la supuesta visita. Una chica entra; su pelo era rubio y le brillaba, sus ojos mostraban un verde claro grandioso, su tez era pálida, su cuerpo era menudo y su sonrisa mostraba calidez y carisma, detrás de ella, un chico la acompañaba, no pude verle el rostro porque tenía la cabeza gacha y llevaba una gorra de militar, saluda a los señores, se sientan y el chico se quita su gorra, ¿Jorge? ¿Es Jorge? ¡Es Jorge!-
-Buenos días Señor y Señora Jhonson -sonríen- Siento haber tardado tanto es que el tiempo ha impedido el viaje, pero, he cumplido.
-Gracias Jorge, confiábamos en ti. -dice Elizabeth, Robert no paraba de mirar a su hijo triste- Así que, ¿tú eres Marie?
-Así es señora -su acento era francés, sin duda-
-Me alegro de conocerte, y tutéame ahora que serás mi nuera tendremos más confianza.
¿Qué? ¿Nuera? ¿De quién? Solo tenían un hijo y era James, ¿qué pasa? Frunzo el ceño, miro a James y este parecía también confuso.
-Madre, ¿qué insinúa? -Habla James-
-Ohh hijo -dice como si la situación fuera absurda- Ésta es Marie, Princesa de Francia, próxima reina y... tu próxima esposa. -sonríe pero él no-
-Holly, ¿te importaría acompañarme a mi despacho? Es para que me ayudes a encontrar unos papeles. -Robert me habla y salimos, entro a su despacho-
-¿Qué pasa señor? ¿Qué está sucediendo? -dije desesperada-
-Holly, una mujer del pueblo les vio a ti y a mi hijo en las afueras y se lo dijo a mi mujer, pensando que ya lo sabía y felicitándola, ella le siguió la corriente y cuando llegó se puso como una histérica, ¡no sabes cuánto gritó! Sé que debí decírselo a ustedes pero no he podido, nunca les veía juntos y mi esposa me vijilaba, mandó una carta a la Reina de Francia anunciándola de la buenísima idea que se le ocurrió, unir dos coronas, ¡ella aceptó! Creí que no lo haría porque no llegamos ni a la zuela del zapato de esa realeza, pero mi mujer y la Reina se llevan de maravilla desde siempre y... aceptó. -me abraza- Lo siento muchísimo, no sabes cuanto. Por favor, sé que le quieres pero... no hagas esto más difícil de lo que es. -se va del despacho-
***
Jorge y Marie se quedarían en la casa hasta que ambos (James y Marie) se casaran. Preparé las habitaciones.
-Buenas Holly -Jorge me da un leve abrazo mientras yo hacía su ahora cama-
-Hola.
-¿Ocurre algo?
-¿Por qué no me dijiste que ibas a hacer esto?
-Son cosas confidenciales, no debo decirlas por ahí, aunque seas mi mejor amiga.
-Dios... -llevo una mano a mi cara-
-¿Qué te pasa? ¿Es que no te emociona la nueva buena?
-¡No es eso! Solo que... estoy cansada nada más. -miento- Con tu permiso me retiro. -agarra mi brazo y me hace girar hacia él-
-No es necesario que me pidas permiso.
-Es mi trabajo.
-Eres mi amiga -me reprocha y a la vez sonríe- Ya hablaremos cuando estés menos ocupada.
-Vale -le dije y me fui-
***
Más tarde, todos se fueron con Marie a enseñarle el pueblo y demás, James estaba en el jardín exterior, sentado bajo un árbol.
-Hola -le dije, no me mira, su vista está perdida-
-Hola -dijo secamente, me siento a su lado, me mira lentamente, tenía la cara apenada- Yo... esto Holly, no lo sabía.
-Lo sé, me lo dijo antes tu padre.
-Lo siento -volvió a disculparse y puso su cabeza en mi hombro, le quité de inmediato-
-¿Qué? -preguntó-
-James... -agarro su cara y sonrío- Es mejor dejar esto -dije apartando la vista-
-¿Estás de broma no? ¡No me puedes dejar solo! ¡Me lo prometiste! ¡Me prometiste siempre estar conmigo!
-Siempre y cuando no pasara esto.
-No Holly, ¡esto yo lo arreglo! ¡Hay más soluciones! ¡Te quiero y me quieres!
-Sí pero tú mereces a alguien que te pueda dar más que yo.
-Tú me lo das todo.
-Pero nadie estaría de acuerdo -me levanto, se levanta y agarra mi cabeza con sus manos-
-No por favor, no te alejes de mi.
-Es mi deber -dije con lágrimas en los ojos, sin pensarlo me da un suave beso en los labios- Te voy a prometer algo -dije cuando le aparté de mis labios-
-El qué. -me mira con los ojos tristes, confusos y extrañamente irresistibles-
-Te prometo que nunca más volveré a quererte, así tú seguirás con tu vida. Te prometo que nunca jamás volverá a ocurrir -se queda de piedra, suelto sus manos de mi cara y camino hacia a alguna parte, no volví la vista, no quería dañarme y menos a él pero... Qué puedo hacer, creo que esto es lo correcto. Camino a la ladera que me llevó James la 1ª vez, allí, corrí lo más rápido que pude, allí, me tiré al suelo y me eché a llorar.
En ese preciso momento, me volvieron las palabras de su padre:
Por favor, sé que le quieres pero... no hagas esto más difícil de lo que es.

Marie está en la página de personajes, espero que les guste ^^

domingo, 3 de abril de 2011

Capítulo 25: ¡Todo ocurrió tan rápido!

-Procuremos que no lo descubra mi madre, mi padre lo entiende pero mi madre nunca lo haría. -me dijo James esta mañana-
-Está bien -odio ocultar cosas pero es lo que hay-
Y así transcurrieron los días, Robert, se comportaba como si no sabía nada, a veces hablaba con nosotros y se reía cuando nos sonrojábamos.
Pasados unos días, me encontré con Jorge en la panadería cuando fui al pueblo. Según me dijo, vivía en el pueblo pero la mayoría de las veces tenía trabajo, pero sobretodo viajaba mucho.
Este domingo, James me llevó a la antigua casa de campo a la que iba de niño.
-¿Puedo abrirlos ya? -dije desesperada por tener los ojos vendados-
-Un momento, un poco más a la derecha ¡no tanto! Ahí está bien, ahora ábrelos -me quita la venda. -Delante nuestra, había una pequeña casita al lado de un lago, entramos dentro, ¡era tan espaciosa! Huele como a frescor y a flores.-
-Es increíble -dije mientras le abrazaba-
-Podemos quedarnos aquí hasta la tarde -dijo mientras me besaba lentamente- ¿Quieres dar un paseo en barca? -sonrío a modo de sí-
El lago era cristalino y había pequeños peces de colores, nos quedamos a mitad del lago y se acercó a mi para posar su brazo en mis hombros.
-Las vistas de noche son más bonitas -dijo-
-Me las imagino -dije y reímos, empezó a caer una fina lluvia-
-Vaya, con lo bien que estábamos -frunció el ceño al cielo- Deberíamos entrar a la casa, sino nos resfriaremos -comenzó a remar y la lluvia fue cayendo más y más fuerte-
Llegamos a la orilla, crucé mis brazos mientras esperaba a que terminara de amarrar la barca, empapados los dos. Agarró mi mano, ésta vez la lluvia cayó con una fuerza atroz, nos empezamos a reír sin control, abro mis brazos y elevo la cabeza dejando que el pelo se empape más de lo que está, de repente me coge en volandas y me da vueltas, compartimos risas y miradas, me deja en el suelo con delicadeza aún con una mano en mi cadera y la otra en mi cabeza, y dejamos de reír.¡Todo ocurrió tan rápido!
Sus labios ansiaban encontrarse con los míos, y los míos con los de él, al fin se encuentran y se besan, siento como nuestra respiración es rápida y entrecortada, nuestras manos no paran de recorrer el cuerpo del otro; las mías por su cuello y cabeza y las de él por mi espalda y cadera. Entramos en la casa que ahora me parece más grande y fría, solo se oye el ruido de la lluvia al chocar contra el suelo. Me deja en el suelo y sin esperar un segundo me empuja contra la pared besándome cada vez con más desesperación. Subimos las escaleras como pudimos sin despegarnos el uno del otro, llegamos a una de las habitaciones. Sus manos desgarraron los botones de mi vestido, caímos en la cama y allí empezó todo.
***
Abro los ojos, aún estamos en la cama, no sé muy bien que ha pasado, solo sé que le quiero y deseo más que nunca, me giro con cuidado y veo que está dormido; le acaricio el pelo con sumo cuidado para no despertarle. Se da la vuelta y me abraza, aún permanece dormido y está con el pecho al descubierto le observo y me doy cuenta de que es perfecto. Con cuidado me deshago de su abrazo, me levanto y me visto.
Bajo a la cocina y preparo algo de comer, cuando menos me lo espero siento unos brazos a mi alrededor, es él.
-Te quiero -me susurra al oído, me doy la vuelta, aún sigue con el pecho al descubierto- Oye... -dice con un tono avergonzado mientras observo como se pone colorado -Yo esto no pensaba que fuese a ocurrir, no lo tenía planeado. Solo quería pasar un rato tú y yo solos en el lago, no creí que fuese a llover y menos que pasara esto, no quería que te sintieras obligada a hacerlo pero... -le tapo la boca antes de que continúe hablando-
-Shh... No pasa nada James, sé que esto no entraba en tus planes -Sonrío para que no se sienta tan mal-
-Sí pero no quiero que pienses que te quería solo para eso porque no es así, lo siento no debí traerte -sin que se lo espere le doy un beso-
-Ha sido todo maravilloso.
-Tú si que eres maravillosa -dice pero apartando la mirada, cojo su barbilla y la giro para que me mire-
-No, te equivocas. Ha sido maravilloso porque ha sido contigo. -suspira aliviado y me besa-
***
A eso de las 6 llegamos a la casa, habían dos coches.
-¿Y esos coches? -pregunto-
-No sé, quizás los hayan comprado, parecen caros.
-¿No parecerá raro que entremos juntos? -pregunté-
-Que va, mi madre ha tenido que salir para lo de mi fiesta, ya sabes, su vestido. Solo estará mi padre. -antes de entrar me estrecha contra su pecho, como si tuviera miedo de que me perdiera, como si algo malo estuviera a punto de suceder, como si sintiera que ese abrazo fuese el último o quizás el primero de muchos-
Cuando entramos no oímos voces, yo fui por una puerta derecha al salón y él por otra que daba a éste, así no sospecharán, pero como dije esa tarde: todo ocurrió tan rápido... aunque yo diría, demasiado rápido...
Continuará....

sábado, 2 de abril de 2011

Capítulo 24: El amor es inexplicable

-Así que has estado en un entierro -mi corazón se acelera, James dice eso cuando entro en mi cuarto, estaba sentado en mi cama-
-¡Qué susto! -dije con la voz entrecortada- Sí, era el padre de un amigo -se levanta y toca mis mejillas con sus manos-
-Un amigo -dijo en un tono extraño- ¿Qué amigo?
-Tranquilo, es un amigo que no veía desde de la infancia.
-Ohh que bien -dijo con sarcasmo-
-James, no pasa nada -me doy cuenta de su reacción- Confía en mi.
-Confío en ti, no en él. -suspiro y por una vez no dijo nada más, se quedó esa noche conmigo-
A la mañana siguiente estuve todo el día atareada; barriendo, fregando, tendiendo ropa, doblando la seca, planchando, dándole de comer a los animales, ordenando las habitaciones... Me siento en el sillón de mi cuarto ¡qué cansada estoy!
***
No sé nada de Jorge desde hace ya unos días, la verdad es que me gustaría hablar con él, a veces voy al pueblo pero no lo veo.
-¡Ups! Perdone señor, creí que había salido a las ocupaciones de su trabajo -dije yo en su despacho, iba a limpiarlo un poco pero no creí que estaría aqui-
-Jaja, no te preocupes Holly, en verdad hoy tenía que ir a arreglar unos asuntos pero he contratado a alguien para que lo haga por mi, y así, yo puedo organizar este papeleo, si ibas a limpiar por favor, no te preocupes, mi presencia no daña.
-Gracias -sonreí, nunca antes alguien me había hablado con tanta amabilidad, empecé a espolvorear las estanterías. Minutos más tarde el señor ya había terminado y yo también- Bueno, aqui ya he terminado, seguiré con otras labores -me dirijo a la puerta pero antes de que la abriera me habló-
-Holly.
-¿Si? -me doy la vuelta-
-Me gustaría hablar contigo, si no estás ocupada.
-Claro -dije sorprendida-
-Toma asiento por favor -me siento en una de las butacas quedando en frente de mi jefe- Quiero decirte algo ¿vale? -asiento- Siempre he querido a mi hijo y siempre he querido lo mejor para él, desde muy pequeño lo acostumbré a que me contara todas sus cosas, desgraciadamente, no me las cuenta desde que murió su hermano, como bien ya sabrás que ha muerto -vuelvo a asentir pero desconcertada, ¿a qué viene esto ahora?- Ayer por la tarde entró en mi despacho y me dijo que tenía que decirme algo importante, me sentí como en el pasado -suspira- Verás, James me contó que está enamorado de ti. -mi corazón no reacciona-
-Señor, lo siento muchísimo -me levanto y me llevo las manos a la cara- ¡Sí! ¡Es cierto! Él me quiere y yo... le quiero -suspiro- Sé que está mal pero le juro que yo no sentí esto hasta que lo descubrí y... ¡por favor no me despida! ¡No quiero volver a un orfanato! -parpadea-
-Holly, toma asiento -admiro su calma y paciencia, me siento con nerviosismo- Déjame terminar -eleva los labios a modo de sonrisa- A mi eso no me molesta Holly -le miro con más admiración- Como te he dicho quiero lo mejor para él y si lo eres tú lo comprenderé. He de admitir que al principio me desagradó la idea pero al ver que sonreía cuando decía tu nombre... Yo vi en sus ojos que no juega contigo, he visto que mi hijo tiene esperanzas por alguien, que le da igual que seas sirvienta, incluso me dijo que si yo no lo entendía él era capaz de llevarte a alguna parte y ponerse a trabajar con tal de estar contigo, ¿sabes a quién me recordó? A su hermano, eran iguales en ese aspecto. Le dije que yo no iba a cometer el mismo error Holly, no dejaré que mi hijo muera porque el amor es inexplicable.
-¿Está diciendo que está dispuesto a que su hijo y yo nos amemos?
-Por supuesto Holly, si tú eres lo que él desea no se lo voy a quitar. -mis ojos se llenan de lágrimas-
-¡Gracias! -se levanta y coge mis manos-
-No Holly, gracias a ti. Por haber echo que mi hijo se convierta en alguien maravilloso.
-Se equivoca, siempre lo ha sido, pero no se daba cuenta. -me abraza-
***
Esa noche James fue a mi cuarto y me dijo que su padre le había contado todo.
-¡Te quiero! -dijo y me cogió en volandas-
-Y yo -aún en sus brazos me besa con fuerza y pasión, dejando entrever nuestras ansias de mostrarnos nuestro amor-
Antes de quedarnos dormidos, James me dijo las palabras de su padre cuando él se enteró de que me lo había contado, eran estas:
Créeme, quiere siempre a la persona que quieres, a lo que quieras y nunca demuestres lo contrario, solo ámala.

viernes, 1 de abril de 2011

Capítulo 24: Jorge

Los días transcurrieron más rápido de lo que imaginé, siempre hacía las mismas tareas y a veces, por las noches James venía a mi cuarto, transcurrieron tan rápido que cuando me di cuenta ya era sábado.
-Me gustaría saber -le decía a Robert- Si hoy por la tarde me podría dejar unas horas libres, es que tengo que visitar a alguien.
-Claro, no hay problema. -me sonríe y salgo de su despacho-
En el vestíbulo, la madre de James, le decía a su hijo como debía entrar en la fiesta, me sonríe y no evito ponerme roja, su madre empezó a fantasear con lo maravillosa que sería la fiesta y que habrían muchas chicas con las que James podría estar, reconozco que eso me puso algo celosa.
***
Iba caminando por el pueblo, el panorama era un montón de chicas riendo y cuchicheando, me pregunté por qué sería, una de ellas decía:
-¿Te lo puedes creer? ¡Es que es tan emocionante!
-¡Ya te digo! Puede que llame su atención... -dijo en tono pícaro-
-Eso si consigues quitármelo. -me imaginé que sería por algún chico-
Cuando me iba acercando a la librería, vi un montón de gente alrededor de esta. Entre la multitud se encontraba la chica de ayer, llorando.
-¿Qué ha ocurrido? -le pregunté, me reconoce-
-Ha ocurrido una tragedia -me dice en un mar de lágrimas, toma aire y dice- Peter, ha fallecido. -mis manos se dirigen a mi boca para ahogar el grito que intentaba despedir-
Llegué a la casa echa polvo, había estado un rato consolando a aquella mujer, que parecía una vieja amiga de Peter, aún no me creo que haya...
-¡Heey! -James me coge por la cintura, ve que no reacciono a su abrazo- ¿Pasa algo?
-Es Peter, el hombre de la librería ha... muerto. -me echo a llorar-
-Vaya... lo siento mucho -me consuela y me abraza-
Esa noche, dormí fatal, aunque le conocía poco era un hombre cortés y admirado por la sabiduría que desprendía.
***
Hoy por la mañana, recordé que ayer la mujer me dijo que hoy era el entierro de Peter, así que, iré. Dejé una notita a James para decirle donde me encontraba y que llegaría tarde.
Iba caminando por los caminos hasta llegar al cementerio que daba a las afueras del pueblo. En él, habían personas vestidas de negro como yo, habían varias sillas, me senté en una de las de atrás. El cura empezó a decir lo maravilloso que era este hombre y que estaría en un lugar mejor, dio sus últimas palabras más los pésames y le concedió la palabra a un hombre, supuse que sería un familiar. Cuando finalizó, sus familiares y amigos tiraron malvas a su tumba y otras flores.
Solo quedaba un chico que estaba de pie, desolado, observando la tumba. Me acerqué a la tumba a tirar dos rosas rojas, el chico se levantó y sin querer se chocó contra mi, ya que estaba detrás suya. Era mucho más alto que yo, su pelo es negro y sus ojos marrones me miraron con una intensidad inexplicable. Su cara era hermosa, me mira con curiosidad.
-¿Holly? -pregunta, ¿cómo sabe mi nombre?
-Mm... sí, ¿cómo sabes mi nombre? -pregunto desorientada-
-Soy yo, ¿no te acuerdas de mi?
-¿Debería? -dije aún más confusa, se ríe por mi respuesta-
-Holly, soy Jorge -en ese momento me vinieron miles de recuerdos a la cabeza-
-¡Jorge! -me abre los brazos y sin pensarlo le abrazo- ¡Cuánto has cambiado!
-Jajaja, las personas cambian, y también se alejan -lo dijo con doble sentido, por una parte porque nos separamos y por otra porque miró a la tumba-
-¿Conocías a Peter?
-Claro que sí, era mi padre -me quedo boca-abierta- Meses más tarde desde que salí del orfanato busqué a mi padre, y me enteré de que vivía aquí, me dejó allí por problemas económicos, ya sabes.
-Lo siento -le abrazo a modo de consuelo-
-Son cosas que pasan. Al menos le llegué a conocer, que ya es algo. -después de un incómodo silencio dice: ¿Te apetece dar una vuelta?
-Claro -dije sin dudarlo, ¡cuántas cosas nos debemos de contar!
***
Estábamos en una cafetería pequeña.
-Bueno -dijo mientras tomaba un poco de licor- ¿y a qué te dedicas?
-Sirvienta, ¿y tú?
-Militar.
-¿Militar? -dije sorprendida- Vaya.
-Sí, empecé desde que salí del orfanato, y cuando saqué la mili vine a buscar a mi padre jaja.
-Eso está bien. -ahora entiendo sus pantalones militares-
Estuvimos toda la tarde hablando, compartiendo historias, lo que nos había sucedido desde que salimos del orfanato, "nuestros amores"  aunque según me dijo él no ha tenido tiempo para estar con chicas, anécdotas y miles de cosas más.
Me sorprendía lo guapo que estaba, su cara ya no era la de un niño inocente, sino la de un hombre. Después me acompañó hasta casa.
-Así que, aquí es donde trabajas.
-Sí -afirmé y le sonreí- Oye, ¿cómo me reconociste? -se ríe entre dientes y su mano eleva mi barbilla-
-Porque nunca podría olvidar tus ojos -me da un beso en la mejilla y se marcha-
Observo cómo va desapareciendo tras la niebla del camino hasta reducirse en el silencio que me envolvía, no por la niebla, sino por los recuerdos de Jorge y míos.