Capítulo 16: Miedo

-Dichosas malas hierbas -maldije en mi interior-
-Venga, que pronto ya es la hora de comer y hay que servir la mesa -me dijo Marga-
-Ya va. -dije y al fin conseguí arrancar la raíz-
Cuando servimos las bebidas y la comida, noté que había tensión, no solo por mi parte, sino por sus padres también.
-¿Qué vas a hacer esta tarde hijo? -le preguntó su padre-
-No sé, quizás salga esta noche por hay.
-Te quiero en casa antes de las doce.
-¡Pero madre! -protestó-
-Ya has oído a tu madre James, compórtate como un adulto.
-Lo soy desde el día en que Miguel murió. -su madre le miró con los ojos abiertos y él se retiró de la mesa antes de que le regañaran más-
Yo, como estaba junto a la puerta, él fue con tanta fuerza que me empujó contra ella, adrede o sin querer me hizo daño.
-¡James! ¡Controla o te controlo yo! -dijo su padre- Tranquila Holly, es que es aún un niño que hay que darle una colleja para que baje su ego -no respondí por miedo a meter la pata, simplemente me limité a asentir-
***
Por la tarde, fui comprar comida para la cena, y antes de ir de nuevo a casa, me pasé por la librería de Peter.
-¡Hola! -le dije con entusiasmo a Peter, sus grandes ojos se elevaron hasta observarme, toció varias veces-
-Hola Holly -sonrió débilmente y volvió a tocer-
-¿Te pasa algo? -le pregunto-
-No, nada. Un simple resfriado. ¿Te leíste el diario?
-Sí, era... interesante. Solo hablaba de los engaños amorosos de esa chica y como los chicos jugaban con ella, hasta que se enamoró del 1º que la engañó. Y tuvo que superar sus sentimientos.
-Sí. Bueno, si me permites voy a cerrar ya.
-¿Ya? ¿Y eso por qué?
-Porque cuando vas siendo mayor los años te pesan -sonreímos y me marché-
Más tarde, por la noche, cuando ya terminamos nuestra labor, me fui a la cama. No podía dormir, no era muy tarde, serían las 9, pero todos estarían ya en la cama, todos excepto James. La verdad es que al principio me dolió como me dejó delante de todos, pero después, pasé de todo porque sinceramente no merece la pena. Como no pude dormir, decidí dar un paseo, normalmente no se puede pero supongo que lo de intentar escaparme se me da más o menos bien.
Salí como pude de entre los barrotes. No supe a donde dirigirme, pero sin rumbo alguno acabé donde James me llevaba los domingos. Me senté en la fría hierba y observé las estrellas mientras una brisa gélida me agitaba.
No sé como ocurrió, pero el sentimiento de dolor empezó a fluir por mis venas y empecé a sollozar. Hay veces que me siento tan sola, es que... no entiendo a James, tiene dos padres que le quieren, ropa para no pasar frío, un plato de comida que nunca le falta, unos estudios para poder formarse, una casa donde poder criarse.... y miles de caprichos más. En cambio yo, de pequeña vivía en una casa abandonada, sin agua, sin luz, a veces sin comida, sin dinero para poder mantenernos, y lo peor de todo es que sin familia. Después viví en un orfanato, allí conocí al mejor amigo de todos, Jorge, el cual me ayudó en momentos duros y aprendí a saber que es tener un amigo, mi único amigo. Y ahora estoy aqui, limpiando en una casa, en la que vive un chico del que estuve enamorada y éste me partió el corazón, puede que piensen que me enamoré muy rápido, pero piensen que nunca he sabido que es el amor y es mi 1ª vez, no te das cuenta sino cuando es demasiado tarde y mis sentimientos están... Mis pensamientos dejan se detienen porque se irrumpen por un ruido sonoro que se escondía de entre las hierbas. Mi corazón palpita al no saber como reaccionar, trato de que mi respiración acelerada no se oiga, pero se me hace imposible.
Miedo, eso es lo que siento. El ruido se acerca más, cada vez más. Los matorrales crujen por los pasos de alguien. ¿Y si es un violador? ¿Y si es un ladrón? ¿Y si es uno de los lobos que viven por el valle? ¡Qué he de hacer!
Y ese algo se asomó de entre los árboles... grité.